-¿Y qué quieres saber?, pregunto el maestro.
-Dí, señor, ¿existen el cielo y el infierno?
-¡Bah!, resoplo el monje en tono de burla. ¡Eres un ignorante, un soldado sin preparación, no me hagas perder el tiempo con preguntas estúpidas!
Por unos momentos el guerrero se quedó helado, sin saber qué hacer. Absolutamente nadie había hablado jamás a un guerrero japonés de esa manera, pues la consecuencia de un acto semejante era inevitablemente la muerte.
-¿Acaso eres demasiado ignorante para entender lo que acabo de decirte?, rugió el maestro. ¡No me hagas perder el tiempo y lárgate de aquí!, concluyó el monje.
El guerrero sintió que iba a explotar de ira. Como un rayo su mano voló hacia la espada y la levantó dispuesto a matar. Más en el instante en que iba a partir el cráneo del monje, oyó las palabras:
-¡Esta es la puerta al infierno!
-¡Y esta, sonrió el monje, es la puerta al cielo!
La historia del Monje y el guerrero... Proverbial Isra, me encantó tu historia...absolutamente concisa y clara..
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